El Cristo Redentor
Historia:
Una Maravilla de Río de Janeiro La idea de crear una imagen gigantesca de Cristo, como punto de reunión en peregrinaciones y festejos religiosos, data de finales del siglo XIX. La sugerencia fue llevada a conocimiento de la princesa Isabel de Brasil, quien dio el primer apoyo oficial para realizar tan genial propuesta, sin embargo, el proyecto comenzaría a tomar forma en 1921 con motivo de celebrarse el centenario de la independencia. La elección del lugar en el que se colocaría esta famosa imagen estuvo a cargo del Círculo Católico de Río de Janeiro. El Monte del Corcovado tuvo como competidores al Pão de Açúcar y al Monte de San Antonio, pero fue elegido debido a que era el más alto de los tres. En 1923, a través de un concurso, se escogió el proyecto del ingeniero Heitor da Silva Costa, con diseño del artista plástico Carlos Oswald y proyectada por el arquitecto francés Paul Landowsky, quien vino desde Europa especialmente por esta obra. Antes de llegar a su forma actual, la imagen del Cristo Redentor tuvo varias modificaciones. El proyecto aprobado de Heitor da Silva consistía en la imagen de Jesús
sosteniendo una cruz en la mano izquierda y un globo terráqueo en la otra mano que, según la princesa Isabel, eran los atributos materiales más importantes en la visión del ingeniero.
Para conseguir la perfección de la imagen actual fue necesario adoptar la técnica cuadricular. Con el cuerpo en pie y los brazos extendidos se inició la construcción del monumento; así, el rostro, dirigido un poco hacia abajo y la izquierda, también fue estratégicamente planeado para que dé la apariencia de estar resguardando a la ciudad. Finalmente, el 12 de octubre de 1931 fue inaugurado el monumento del Cristo Redentor, que años después se consagró como símbolo del turismo brasileño y, en la actualidad, es una de las 7 Nuevas Maravillas del Mundo Moderno.
La imagen de Cristo cuenta con una espectacular iluminación que engalana las noches de la capital del estado del mismo nombre. A través de tres ascensores y escaleras mecánicas, los turistas pueden disfrutar de una de las más espectaculares vistas como la Laguna Rodrigo de Freitas, las playas de Ipanema y Leblon, el Jardín Botánico, el Jockey Club y gran parte del Parque de Tijuca, hacia la parte sur; mientras que por el norte es posible admirar Copacabana, Botafogo, Flamengo, la Bahía de Guanabara y el Monte de Pão de Açúcar. En la parte frontal es posible contemplar el centro de la ciudad, la Bahía de Guanabara y Niteroi; y desde el oeste aparecen el Estadio Maracaná y una parte del Parque Tijuca, además del Océano Atlántico. El ascenso al Monte de Corcovado es un verdadero paseo ecológico que se hace mediante un tren eléctrico, que atraviesa el Parque Nacional de Tijuca y permite obtener las mejores vistas de los paisajes más hermosos de la ciudad y a la vez ayuda a conservar la selva, ya que parte de la recaudación de la boletería es destinada al Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) para la preservación de la vegetación. Sin dudarlo, esta se convertirá en una de las mejores experiencias que tendrá el turista que visite Brasil, ya que estará en la cima de Río de Janeiro bajo la atenta mirada de Cristo Redentor.
Horario está incluido en el día y la hora para la operación - de lunes a domingo de 8 am a 19h, con salidas cada media hora.
Transporte al Corcovado en Río de Janeiro.
Para ir en tren a la lista de precios siguiente Corcovado:
Adultos - R $ 44,00: transporte ida y vuelta, y el acceso al Cristo Redentor, el monume
nto;
Los niños (06-12 años), los ancianos y las personas con necesidades especiales - R$ 22.00;
Los niños menores de 06 años - gratis.
Hay otros medios de acceso para subir al Corcovado van - R$ 10,00 por persona, una cantidad que cambia según el día de la semana. Ya el coche, el costo es de R$ 5.00 por ocupante más R$ 5,00 el coche, sino por el acceso, el coche no puede ir hasta el final de la ruta, el visitante tendrá que tomar una camioneta o caminar 2,5 kilometros
Gabriela Silvestre Paula
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